La utilidad principal de estos «Conos de la verguenza» es el de impedir que tu perro o gato se rasque, lama o muerda alguna zona de su cuerpo, ya sea que haya sufrido una operación reciente en la que aún tenga puntadas o una infección en la cabeza que podría tentarlo a lamerse y lastimarse.
Estos conos les resultan muy incómodos, por lo que es seguro que intente retirárselo; sin embargo, al ser colocado por un veterinario estará pensado y ajustado para que pueda realizar sus comidas sin ningún problema, eso significa que, aunque puedas tener la tentación de quitarlo para que tome agua o porque creas que lo está lastimando deberás dejarlo en su cuello hasta que sane o su veterinario lo indique. Al contrario de ayudarlo, podrás perjudicarlo aún más y prolongar la recuperación del padecimiento por el que fue atendido en un inicio.